Dos chicas adolescentes en el sofá

Humildad

Desarrollo de habilidades

Ser humilde va de la mano con ser curioso.

Al cultivar una mentalidad de humildad, somos capaces de aceptar que no lo sabemos todo, y especialmente que no sabemos todo sobre la experiencia de otra persona. La humildad también nos permite ser dueños cuando hemos cometido un error. Puede haber una suposición falsa de que ser humilde significa ser “débil.” Nada más lejos de la realidad. La humildad significa que es lo suficientemente fuerte como para admitir que no lo sabe todo. La humildad es fundamental cuando se trata de grandes sentimientos y situaciones difíciles.

La clave es la compasión

En este breve clip de Speaking Grief, la defensora del duelo y educadora Alesia Alexander, describe la importancia de la humildad y la compasión (por uno mismo y por los demás).

Ofrecer apoyo a alguien que le importa es un trabajo continuo en progreso. Algo que puede hacer para ayudar a guiar a un niño o adolescente a través de la incomodidad en torno a estas situaciones es normalizar los errores. Asegúreles que, incluso cuando tenemos las mejores intenciones, a veces nos equivocamos, y eso está bien.

Enseñe sobre la humildad

Considere compartir un ejemplo de su propia vida de cuando accidentalmente dijo o hizo algo que lastimó a alguien a quien tenía la intención de ayudar.

Vuelva la compasión hacia dentro

La autocompasión es imprescindible cuando se trata de apoyar a alguien en momentos difíciles. Sea curioso acerca de sus propios pensamientos, sentimientos y comportamiento en lugar de juzgarse a sí mismo para cultivar la autocompasión.

Autojuicio

“Me siento como un idiota por lo que dije.”

Autocompasión

“Me pregunto por qué reaccioné de la manera en que lo hice.”

Autojuicio

“Soy una mala persona por reaccionar de esa manera.”

Autocompasión

“¿Qué me pasaba cuando reaccioné así?”

Autojuicio

“Debería haberlo sabido mejor.”

Autocompasión

“Hice lo mejor que pude con lo que sabía en ese momento.”

Comparta lo que sabe

La humildad no solo lo ayuda a mejorar sus esfuerzos para apoyar a alguien; también lo ayuda a guiar a los niños y adolescentes en su vida mientras trabajan para aprender estas habilidades. El mero hecho de ser honesto con ellos y compartir que, incluso como adulto, no siempre sabe lo que está haciendo ayuda a normalizar que está bien admitir cuando se siente inseguro sobre algo.